martes, 22 de diciembre de 2009

Nena adentro. Te paso a buscar en el karting.

Nena adentro, y te paso a buscar en el karting
Hoy es un día de esos en los que me levanto y vuelvo a pensar en el amor, y en sus distintas formas de aparecerse.
Recuerdo tardes de juegos y leche chocolatada, los pitufos, los thundercats, mazinger Z, los esnorkels, calabozos y dragones, cobra, raimbow brite (solo cuando me dejaban verla) y los deberes…siempre estaban los deberes…
Siestas obligadas de silencios, pero al mismo tiempo escapes hacia nuestras aventuras, peleas y picardías.
Siestas de piletas y bombachas, corridas, gritos, el pa y si, ¡chancleta!
Mis hermanos, una de las cosas más hermosas que la vida me dio, así como son, parecidos y distintos, rubio y morocho.
Me los dieron así para aprender a querer a todos, para entender que podemos ser opuestos y amarnos de todas formas.
Carnavales y disfraces, siempre juntos, los tres jugando, yo la nena, la mas chiquita, la nena…nena adentro! Me decías cuando me sentaba en la puerta de casa a mirar a la gente, ves que desde entonces me gusta observar.
O vos, que me decías que me pasabas a buscar cuando se hacia la hora de comer, así estábamos los cinco juntos cuando llegara “el papi” de su trabajo.A lavarnos las manos y a comer, hablar y después la tan odiada siesta, en esa época odiada por que no queríamos para de jugar. Ahora con unos veintitantos la anhelamos con las mismas ganas que ellos entonces. Hoy comprendemos.
Nada me hace más feliz que volver a mi hogar, mis juegos de infancia, me enseñaban a ser la mejor arquera de jockey de San Juan, no les tengas miedo, sali a buscar la pelota, me decias... Luchitas y la calesita! Cuanto esfuerzo habrán echo para que la tengamos, ¡y como la usábamos!
Hoy con veintitantos, y en este día donde el sol sale y vuelve a esconderse, pienso en ustedes y recuerdo cuanto los amo.
Estamos un poco mas grandes y compartimos otro tipo de juegos, hay bebes de por medio, extensiones de su amor, de su ser, los cuales vinieron para, entre otras cosas, ser mirados a los ojos, observar sus facciones y recordar lo hermoso que son mis hermanos.
Los miro, los observo crecer, y no creo quererlos tanto, ser feliz, escucharlos, un beso un abrazo cada vez que nos reencontramos, amor en sus infinitas formas, amor.
Dice la canción, “no quiero estar solo”, ¿quien tienen miedo? A veces siento que estoy sola, y siento miedo, pero recuerdo que los tengo y sonrío.
Juegos, siestas, el karting rojo, la bici azul sin pedales, mi muñeca rubia de labios rojos,pintados por el abuelo charol, seguro que con algun esmalte viejo de la coca, digo, por las pinceladas secas, ja!. Los patines, el Polo, el viejo Gil, la madre del gordo Lucas, el Lucas, el loco Ernesto, el coco, la higuera, las carreritas, el “ vamos a investigar”, la unión vecinal, los partidos en la calle, la casa de la abuela Carmen, el auto de Pa, Nicola Di Vari, el Puma José Luis Rodríguez, eran los cassettes de la ma .Y cuando paso Juan Ramón por la esquina de casa, la pista de bici enfrente de casa, el campito, las fogatas de San Pedro y San Pablo y después todos gritábamos como si fuera una gran picardía…” las bolas del Diablo”, el abuelo Basilio y el banquito que había en la puerta de su casa, el Pele, el Duque, la Josefina, el Felipe y hoy el Sauro.
No tenía muchas amigas, por que en el barrio no habían muchas nenas, por suerte, por que mi infancia fue perfecta así tal cual la recuerdo. Con mis hermanos.

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